miércoles, 10 de septiembre de 2014

PEQUEÑO PASEO POR ALGUNAS CALLES DEL CASCO ANTIGUO.


     Una mañana estamos en clase hablando sobre la excavación que se está realizando para desterrar el Pilar de La Fuente de La Villa, o Pilar de los 8 caños, que también se le conocía. Hablando de su longitud de casi 20 metros. De que fue construído en 1520 y terminado en 1535, con motivo de la visita a la ciudad de Carlos V. El cuál fue enterrado en los años 60 del siglo pasado.
     Decidimos, dada la cercanía que tiene el centro desde el cual impartimos el curso a tal lugar, acercarnos a ver cómo van con la excavación.
     Bajamos por la calle la fuente, calle empedrada y de un único sentido de circulación. Esta es una de las primeras vistas que nos ofrece tal recorrido.....


El Campanario de la iglesia de San Amador.

Continuamos paseando hasta llegar a La Fuente de La Villa, es donde encontramos como va tal excavación, y esto es lo que encontramos....





                             


     La fuente goza de un caño para llenar el cántaro, abrevadero para beber las bestias, y pileta para lavar. En la actualidad se le dará un uso más turístico, entre otras cosas, porque ya no hay necesidad de ir a recoger agua para sustento diario, ni llevar a las bestias a saciar su sed, ni ir a lavar.

     La ubicación de la fuente está en un lugar donde se puede gozar de otras riquezas patrimoniales, tales como la iglesia de San Amador, la ermita de Santa Lucía, o la antigua tenería, situada detrás del pilar.

     En la casa de la cultura, podemos encontrar una placa de mármol perteneciente a este pilar, la cual estaba en la casa de un vecino, y donó al patrimonio marteño.

     Continuamos nuestro paseo de vuelta al aula, y decidimos hacerlo por la calle Llana baja, con el fin de llegar a casa de un artesano marteño. Artesano como pocos quedan ya.
























     Quien muy gentilmente nos acoge en su lugar de trabajo y nos muestra algunos de los trabajos que realiza con sus manos, explicándonos incluso algunas técnicas de trabajo.

     Es hora de volver, seguimos en la calle llana baja, vemos como en la fachada lateral de San Amador se divisan unos arcos de medio punto.


     Hacemos una parada junto a una casa cuya fachada aún conserva detalles de "cualquier tiempo pasado". Incluso el detalle de la aldaba, donde se amarraban a las bestias.



    Y terminamos nuestro paseo, subiendo por la callejuela Peña.







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