viernes, 5 de septiembre de 2014

CRUZ DEL LLORO


CRUZ DEL LLORO 

Se trata de una antiquísima columna de piedra, sin base ni capitel, coronada por una sencilla cruz de hierro.


 
( Imagen de facundolopezsanjuan.wordpress.com )

En el año 1312,  llegó a los oídos del rey Fernando IV  la noticia de la muerte de el caballero Juan Alonso de Benavides, privado del rey de Castilla, a manos de dos hombres. La autoría del crimen fue atribuida a los hermanos Carvajal, caballeros de la Orden de Calatrava.
En 1312, después de su paso por la ciudad de Jaén, el rey Fernando IV se dirigió a la localidad jienense de Martos y, hallándose allí, condenó a muerte a los hermanos Carvajal, quienes, según la leyenda, fueron condenados a ser introducidos en una jaula de hierro con púas afiladas en su interior, y a ser arrojados desde la cumbre de la Peña de Martos.  
En dicha localidad, es lugar en el que la tradición sostiene que fue a parar la jaula en la que se llevó a cabo la ejecución de los hermanos Carvajal. Cuando estos supieron la manera de morir tan cruel que el monarca les había reservado le emplazaron solemnemente para que, en el plazo de treinta días, compareciese ante el tribunal divino para rendir cuentas de sus actos.

Al día siguiente los dos hermanos fueron despeñados. Las jaulas con sus sangrientos despojos fueron rodando hasta una explanada en la que esperaban los horrorizados ojos de la población de Martos  y donde se lamentó el destino de los hermanos, posteriormente se levantó una cruz sobre una columna de piedra, que fue llamada "Cruz del Lloro", como símbolo de la compasión de los vecinos de la localidad de Martos por la muerte de los dos hermanos. Es lo que viene a conocerse como " rollo de justicia ".
Después de esto, el ejercito emprendió su marcha hacía Alcaudete 
Al poco tiempo, el rey cae enfermo. Es tan grave su estado que deciden retirarse a Jaén para que Felipe IV pueda recibir mejores cuidados. Seguro que al paso por Martos, más de uno miró las laderas de su peña acordándose de las palabras de los Carvajales. 
Cuando se cumplió el plazo, el rey había mejorado notablemente de su enfermedad y se encontraba prácticamente recuperado. Bromeaba sobre su estado de salud, se burlaba de los que habían temido por su vida y olvidó el asunto de los dos ajusticiados mientras comía y bebía en abundancia para celebrar su recuperación. Después de la comida se retiró a echarse la siesta.
Viendo que tardaba en levantar, sus criados acudieron a despertarlo, encontrándolo muerto.

" É estos cavalleros, quando los el Rey mandó matar, veyendo que los matavan con tuerto, dixeron que emplasavan al Rey que paresciesse ante Dios con ellos a juisio sobre esta muerte que él les mandava dar con tuerto, de aquel día en que ellos morían á treynta días " 
( Fragmento de texto en castellano antiguo ) 


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